En un día festivo como hoy, domingo de resurrección, no les voy a hablar de leyes que suelen estar vinculadas a intentos, no siempre exitosos, de solventar problemas sociales. Hoy voy ser optimista y a intentar convencerles de que a pesar de todas las circunstancias negativas que, en España, en la Comunidad Valenciana y en Castellón, de forma muy especial, vivimos la resurrección económica ya se está produciendo.
Y no es que lo diga yo es que, como hace unos días recordaba Rodrigo Rato, que de economía parece que algo sabe le pese a quien le pese, lo dicen los datos del Fondo Monetario Internacional. Este organismo pronostica para 2011 un crecimiento mundial del 4% lo que significa que, aunque no lo percibamos, el mundo ha salido de la mayor crisis económica de la historia.
Hoy en día en que vivimos en una economía globalizada. Aunque es bien cierto que, tirando de tópico, los arboles muchas veces no nos dejan ver el bosque. Bosque que en este caso son la cantidad de países con economías con elevados índices de crecimiento que son demandantes de bienes y servicios. Esta crisis nos deja un mapa económico mundial distinto al que teníamos antes en el que nuevos países con nuevas necesidades han tomado el relevo del crecimiento mundial a las tradicionales potencias económicas.
Y si bien es cierto que el día a día de las dificultades económicas que vivimos dificulta la visión de nuevas posibilidades de negocio, al estar centrados en la subsistencia diaria, resulta imprescindible adaptar nuestra economía a esa nueva situación.
Ante ello caben dos posibilidades una actitud proactiva tendente a adaptarse a ese cambio que lleve a beneficiarse ya de esa recuperación económica mundial. En estos momentos aquí hay empresas a las que no les va mal o les va muy bien porque han sabido entender la nueva realidad. O una actitud pasiva en la que nos estemos lamentando continuamente de las causas de la crisis esperando que se disipen por ellas mismas y que vuelva la bonanza por donde se fue.
Aunque creo que esa recuperación económica mundial al final tendrá un efecto positivo en la economía nacional, gracias al peso de la exportación y el sector turístico en nuestra economía, si no hacemos nada , en primer lugar tardara mas en llegar y en segundo su efecto será menor del deseable
Ante ello tengo la sensación que el Gobierno está más en la posición pasiva de esperar que esto escampe solo. Así seguimos sin adoptar todas las reformas que son necesarias para ofrecer la necesaria confianza a los inversores extranjeros y a los operadores económicos nacionales que sienten las bases para que ese cambio económico se produzca.
(Articulo Publicado en la Sección de Empresa del Periódico Mediterráneo del día 24 de abril de 2011)