Se veía venir. La eliminación del inconstitucional Impuesto sobre el Patrimonio no fue más que un espejismo. El hecho de que la Ley que lo regulaba no fuera derogada evidenciaba la falta de convicción de nuestros gobernantes en la medida.
Digo que es inconstitucional por varias razones. En primer lugar porque se creó como un impuesto "excepcional y transitorio" antes de la aprobación de la Constitución. Si bien es cierto que en 1991 se pretendió salvar esta circunstancia mediante una nueva Ley, esta no modificó la esencia del mismo. Así el I.P. grava la mera tenencia de bienes en contra de lo que dispone la Carta Magna respecto a que los españolitos tributaremos según nuestra capacidad económica. Pero ¿qué capacidad económica revela la mera tenencia de bienes? Su adquisición y venta sí, pero la mera tenencia no. Y si no que se lo digan a aquellos que están intentando en vano que los bancos les dejen dinero ofreciendo como garantía su patrimonio. Esto cuando se instauró no era problema, ya que no había Constitución que respetar, pero hoy si.
La justificación que se nos da para el regreso del impuesto es que por la crisis los "ricos" paguen más. Como premisa demagógica tiene fácil venta, pero hace aguas por todas partes. Si realmente se quisiera que los ricos pagasen mas se reformaría el IRPF. Como en su día comenté el 60% de los contribuyentes por IRPF ganan menos de 15.000,00 euros. Solo un 0,5% declara más de 120.000,00. En EEUU se considera pobre a quien gana menos de 11.139,00 dólares. Aquí por poco les harían pagar IRPF.
Otra de las muestras de cinismo del que hacen gala los políticos en materia de impuestos es que siempre nos dicen que lo que se recauda es para fines loables, nunca que es para pagar sus despilfarros. En la exposición de motivos de la norma que resucita el I.P. se dice que tiene como finalidad facilitar la creación de empleo. ¿Y eso como lo van a hacer? porque el principio de caja única obliga a que todo lo que se recauda vaya al mismo saco que después, en función de lo que se fija en los Presupuestos Generales del Estado o de las CC.AA., como en el caso del I.P. al estar cedido a estas, se divide por Administraciones. Lo mínimo que se les debería pedir es que no nos mientan hasta en el BOE.
Lo que no tengo claro es cuál será el futuro del impuesto. De momento lo tenemos hasta 2012. El Sr. Rubalcaba ya ha dicho que si gana le dará una vuelta más. De tuerca a buen seguro. Los del PP no se qué piensan hacer. Algunos presidentes autonómicos han dicho que no lo cobraran. El Sr. Rajoy ha dicho que no le gusta, pero no le he oído decir que lo eliminara. Que se apuestan a que, gane quien gane, no nos lo quitan de encima.
(Artículo publicado en el Periódico Mediterráneo, Sección Empresa, del domingo 25 de septiembre de 2011)
lunes, 26 de septiembre de 2011
viernes, 16 de septiembre de 2011
Hoy viernes el Consejo de Ministros nos desvelará las claves de la resurrección del Impuesto sobre el Patrimonio. Por fin sabremos qué entiende el Ejecutivo por ser rico en España.
Esto no puede por menos que ser objeto de mi próximo articulo en Mediterráneo. Pero para ir haciendo boca, solo recordar que ya comente en un su día la supresión de este Impuesto y la alta probabilidad de su reinstauración que hacía sospechar el procedimiento que habían seguido para "eliminarlo".
Esto no puede por menos que ser objeto de mi próximo articulo en Mediterráneo. Pero para ir haciendo boca, solo recordar que ya comente en un su día la supresión de este Impuesto y la alta probabilidad de su reinstauración que hacía sospechar el procedimiento que habían seguido para "eliminarlo".
lunes, 12 de septiembre de 2011
La Reforma Constitucional
Este verano caliente, preludio de un otoño no
menos entretenido, nos deja muchas novedades que comentar. Quizá de todas ellas
la más trascendente, a priori, sea la reforma de la Constitución.
Una de las cuestiones que más ha dado que
hablar es la de la no celebración de un referéndum sobre el contenido de la
misma.
Al respecto creo que nada se puede objetar, ya
que la reforma está cumpliendo las exigencias que la propia Norma establece en
sus artículos 166 a 169.
En los mismos se establece una doble categoría
dentro de las posibles reformas constitucionales. Por un lado el de las
modificaciones que supongan la revisión total de la Constitución o una parcial
que afecte a la regulación del tipo de Estado, a los derechos fundamentales y
libertades públicas o a la Corona, que requieren de la aprobación por mayoría
de dos tercios de cada Cámara de la propuesta de reforma, procediendo la
disolución inmediata de las mismas. Debiendo los nuevos parlamentarios
ratificar la decisión y proceder al estudio del nuevo texto constitucional, que
debería ser aprobado por mayoría de dos tercios de ambas Cámaras y sometido a
referéndum.
Y las demás modificaciones que únicamente
requieren de una mayoría de tres quintos de cada una de las Cámaras. Estas
únicamente serán sometidas a referéndum cuando así lo soliciten 35 diputados o
27 senadores. Cosa esta ultima que no ha ocurrido.
A todos estos que se han manifestado exigiendo
un referéndum nunca les he oído nunca manifestarse pidiendo un cambio de los
artículos que regulan la reforma constitucional.
Otra cosa es la crítica al contenido de la
reforma que se pueda hacer. Y ahí efectivamente creo que es un brindis al sol
impuesto para calmar, no ya a los mercados los cuales se ha constatado por las
importantes bajadas de la bolsa de estos últimos días que no se calman porque
España vaya a reformar la Constitución, si no al Banco Central Europeo. Para que siga comprando nuestra deuda.
Que se limite la capacidad de las
Administraciones públicas para emitir deuda dentro de los límites que marca la
UE no está mal. Pero el texto aprobado se remite a una Ley posterior, que
tendrá que aprobar el nuevo gobierno, para determinar cómo calcula el déficit
estructural, lo que supone asumir que siempre habrá desnivel entre gastos e
ingresos, que no se podrá sobrepasar.
Parece mentira que con la que ha caído durante
los años de esta última legislatura nuestros políticos no han sido capaces de
ponerse de acuerdo en los grandes problemas y así dar confianza a los mercados
e instituciones económicas internacionales y al final, de prisa y corriendo,
con la pistola del BCE en la sien, hemos tenido que acabar modificando la
Constitución.
(Artículo publicado en el Periódico Mediterráneo, Sección Empresa, del domingo 11 de septiembre de 2011)
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