sábado, 26 de junio de 2010

Impuestos y crisis

Una de las consecuencias de la crisis en España es la subida de impuestos. Ayer subió el IVA. Algunas autonomías ya han anunciado subidas en los tramos del IRPF que recaudan. Y desde el Gobierno se ha anunciado una subida de impuestos para los "ricos", concepto este aun por definir legalmente. Pero la subida de impuestos no es la única consecuencia fiscal de la crisis. Este año el plazo para domiciliar el pago del Impuesto sobre la Renta de 2009 finalizó el 25 de junio en lugar del mismo día que finalizaba el plazo para presentar la declaración, el 30 como siempre. Con esto consiguieron que las declaraciones a pagar que se presentaron entre el 25 y el 30 de junio tuvieron que ingresar directamente el dinero en las arcas del Estado en lugar de esperar que Hacienda les cargara el importe en su cuenta como a los que la presentaron antes del día 25.


Esta diferencia de días no es baladí pues tiene un impacto recaudatorio que seguro habrá sido concienzudamente calculado desde el Ministerio de Hacienda. Así se han garantizado que a fin de junio se habrán entrado en las arcas publicas la mayor parte de la recaudación del IRPF, ya que lo que ocurría otros años es que las declaraciones a pagar presentadas el día 30 en la que se domiciliaba el Estado no tenia el dinero hasta principios de julio como consecuencia de la tardanza que se produce entre su presentación y la tramitación de la domiciliación.


Esto no es más que otro síntoma de que el Estado esta "pelado" y quiere adelantar los cobros todo lo que puede. Claro el que puede a base de modificaciones normativas que no hacen más que crear inseguridad jurídica, por si con pagar los impuestos no fuera suficiente, cada vez nos cambian las reglas de juego a su antojo. A ver que es lo próximo.

lunes, 14 de junio de 2010

La vida mas allá de la banca y de los sindicatos

El lema de la huelga que los sindicatos habían convocado para el sector público, era algo así como que la crisis la paguen los que la han creado, como si no fuera con ellos. Como si los sindicatos no vivieran del dinero publico. Creo que ha llegado el momento de que la sociedad demuestre la responsabilidad que algunos políticos parece que no tienen. La única forma de salir de la crisis es asumir los errores propios. Esta crisis no se ha creado solo por el comportamiento de las empresas, de los bancos o de los gobiernos. Los ciudadanos también tenemos nuestra parte de responsabilidad. Y solo desde un análisis frió de lo que se ha hecho mal puede llegar la solución.
Así imagino que más de uno de los manifestantes del otro día se habrá comprado una vivienda en estos últimos años. Vivienda que habrá financiado con el correspondiente préstamo hipotecario concedido en base a una valoración desmedida del inmueble. Sin embargo dudo que ninguno pusiera trabas a que el banco, con esa valoración, le diera más dinero de lo que realmente valía. Antes al contrario, estaría encantado, ya que además de comprarse la vivienda tenía para amueblarla, y sí me apuran hasta para renovar el coche. Tampoco creo que a la notaría fuera el señor del banco con una pistola para obligarle a firmar.
A las empresas y bancos les ha pasado algo parecido. Era tan “generosos” que financiaban inversiones cuya rentabilidad no se analizaba debidamente, como todo iba tan bien no pensaban que tendrían problemas. Ahora estamos en el lado contrario, proyectos viables no obtienen financiación de las entidades financieras.
Sin embargo existe vida más allá de bancos y cajas. Hay otras formas de financiarse. Hay empresarios que han ganado dinero en estos años y que se dedican a invertirlo en nuevos proyectos empresariales que les convencen de su viabilidad. En este campo se mueven los bussines angels y las Sociedades de Capital Riesgo. Sin ir más lejos el CEEI de Castellón organizó, con gran éxito de participación, la semana pasada una jornada para poner en contacto inversores y emprendedores.
Para obtener financiación por esta vía es necesario que el proyecto que se presente sea realmente innovador, que tenga valor añadido con respecto a la competencia. Ello es lo que marca la diferencia y hace que los inversores crean que ese proyecto es viable y estén dispuestos a arriesgar su dinero en él.
Si en estos años atrás las entidades financieras hubieran sido tan exigentes como lo son los responsables de estos vehículos de financiación, probablemente, hoy no solo no sufriríamos una crisis tan grave sino que nuestro modelo productivo sí que sería distinto. De esta forma se hubieran apoyado el emprendedurismo y la innovación que hoy tanto echamos en falta. Empleo publico se ha creado mucho, pero lo que hace falta son emprendedores que creen puestos de trabajo.
(Artículo publicado en el suplemento de empresa del Periódico Mediterráneo del día 13 de junio de 2010)

martes, 8 de junio de 2010

El buen y el mal endeudamiento

En el desgobierno en el que estamos inmersos lo último han sido las idas y venidas, vía rectificaciones del BOE, en las limitaciones impuestas por el Gobierno al endeudamiento de los Ayuntamientos.

El endeudamiento como casi todo en la vida, y por lo tanto también en la economía, no es bueno o malo si no que depende del uso o abuso que de él se haga. Así una empresa que se endeuda para realizar más inversiones de las que haría solo con los beneficios que obtiene de su actividad, mejora su rentabilidad siempre que el rendimiento que le de esa inversión sea inferior a los intereses que tiene que pagar por el capital que le han prestado. Así se dice que una empresa con un cierto nivel de endeudamiento que pueda asumir sin problemas será más rentable y crecerá más que otra que no se endeudase nada. A eso se le llama apalancamiento.

Con las Administraciones publicas pasa algo parecido, aunque sus beneficios no se pueden cuantificar de igual forma que en una empresa privada. No es malo que se endeuden siempre que lo sea en un nivel acorde al resto de ingresos que obtienen. El problema es que, al igual que muchas empresas en los últimos años, las Administraciones Publicas se han acostumbrado a financiar sus inversiones endeudándose más de lo que podían asumir, pensándose además que la recaudación que obtenían vía impuestos y tasas no iba a descender nunca. Y ahora que con sus ingresos corrientes no pueden devolver lo que deben y pagar las inversiones que los políticos que las gobiernan comprometieron pretenden seguir endeudándose, sin preocuparles que esas deudas al final las pagamos todos.

Por ello no esta mal que se ponga coto al endeudamiento desbocado de los entes locales. Es cierto que hay ayuntamientos que han gestionado bien sus presupuestos y están poco endeudados, pero por desgracia son los menos. También es cierto que habrá inversiones comprometidas que no se podrán llevar a cabo, pero eso es una consecuencia de promesas no ajustadas a la actual situación económica. Ahora, también es cierto que es un ejercicio de cinismo que el Gobierno, suba los impuestos, limite el endeudamiento de otras administraciones y baje las pensiones, mientras no da muestra alguna de austeridad manteniendo ministerios como el de igualdad, por dar un ejemplo fácil.

(Artículo publicado en el suplemento de empresa del Periódico Mediterráneo del día 30 de mayo de 2010)