martes, 11 de junio de 2013

La doble estafa de las preferentes y subordinadas.

Hace ya cuatro años, en junio de 2009, escribí en mi blog un artículo que llamé la estafa de las participaciones preferentes. En él denunciaba que las Cajas de Ahorros principalmente, estaban vendiendo a pequeños ahorradores emisiones de preferentes por el 100% de su nominal cuando ya existían dudas sobre su solvencia. Debido a estas dudas, en el mercado secundario las emisiones de preferentes de las mismas entidades ya cotizaban con importantes descuentos, muy por debajo del 100%. Por ello, a mi entender, aquello suponía una estafa. La primera.

Las participaciones preferentes y las obligaciones subordinadas no son perversas en sí mismas. Son títulos de la denominada renta fija que emiten las empresas para financiar su actividad a cambio de un tipo de interés. Estas cotizan en un mercado similar a la Bolsa pero de menor transparencia, el AIAF. Es más difícil conocer la cotización de una preferente o subordinada en el AIAF que el de una acción en la Bolsa. El valor de estos títulos en el AIAF fluctúa como las acciones en función de los mismos riesgos, pero además las preferentes y subordinadas se ven afectadas por las fluctuaciones del tipo de interés.

Estos productos evidentemente eran para inversores expertos con profundos conocimientos de los mercados financieros. Personalmente, creo que incluso la mayoría de los que vendieron estos productos desconocía su naturaleza.

A pesar de todo ello, las entidades financieras y especialmente las Cajas de Ahorros, vendieron, como si se tratara de imposiciones a plazo fijo, sus participaciones preferentes y subordinadas a ahorradores inexpertos que desconocían por completo sus características. Para ello se aprovecharon de la tradicional confianza que generaban en sus clientes por ese supuesto carácter social que debía haber marcado la diferencia con respecto a los bancos comerciales. Además, en la mayoría de los casos no se pasaron los tests de idoneidad que la normativa exige para impedir que se vendan productos financieros a quien no puede comprender los riesgos que entrañan. En otros casos, esos tests se manipularon a conveniencia por la propia entidad para que diera el resultado que les interesaba y poder vender el producto igualmente.

La pregunta es por qué nadie hizo nada. Si un simple abogado como yo lo pudo ver, ¿cómo no lo iban a saber la CMNV y el Banco de España? Lo que pasó es que miraron para otro lado. Creo que lo consintieron como un modo silencioso de recapitalizar a las Cajas de Ahorros con problemas financieros a costa de los pequeños ahorradores, con la esperanza de que la situación se recondujera pronto. Para ello, les habían puesto el anzuelo de un interés por encima del que ofrecían los auténticos plazos fijos.

Pero ahí no se acaba la historia. Como la situación de esas entidades era aún peor de la que nadie podíamos imaginar, acabaron intervenidas, nacionalizadas y pidiendo dinero a Europa. Para ello, la UE puso sus condiciones. Una de esas condiciones fue que los ahorradores que habían invertido en estos productos sufrieran las pérdidas, ya que se consideraba que habían asumido un riesgo que ahora tenían que compensar.
La consecuencia ya la conocerán por los medios: la imposición a los titulares de  preferentes y subordinadas del canje de estos títulos por acciones de las mismas entidades que los emitieron, pero no por el valor de su inversión inicial sino con importantes descuentos y además a un precio muy superior al valor de esas acciones en la bolsa. En definitiva, pérdidas muy cuantiosas en los ahorros de toda la vida de personas que pensaban que los tenían invertidos en plazos fijos de total seguridad. Otra estafa. La segunda.


Sin embargo, la verdad es otra. La verdad es que esos productos nunca se tuvieron que haber vendido a particulares. Ahora a los afectados no les queda otra vía que acudir a los Tribunales para defender que ellos no eran inversores expertos y que han sido víctimas de una doble estafa.

(Artículo publicado en el diario Levante de Castellón el 8 de junio de 2013)

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