Esta crisis de la que
antes o después
saldremos nos va a dejar diversas huellas. Una de ellas será un mercado laboral
distinto. Y ello no sólo
por las reformas laborales que se hayan introducido sino porque las necesidades
de personal de las empresas habrán
cambiado.
Hasta ahora las empresas
basaban sus producciones más
o menos estables en plantillas de trabajadores, también más o menos estables. E
incluso la legislación
laboral recogía
ese modelo con determinados contratos que sirvieran para engrasar el sistema dándole un poco de
flexibilidad.
Sin embargo, dicha
flexibilidad en la actualidad es insuficiente. Nos enfrentamos a una situación donde la demanda de
las empresas va a ser muy variable, a la cual tienen que adaptar todo sus
recursos productivos, entre ellos también
la mano de obra.
Esta situación no creo que sea algo
temporal, sino algo que ha venido para quedarse, más si cabe cuando la
viabilidad económica
de muchas empresas se ha visto condicionada por el peso de las indemnizaciones
por despido que han tenido que afrontar. Hecho que aquellas empresas que han
conseguido subsistir no van a olvidar fácilmente.
Esta situación condiciona el mercado
laboral debiéndose de adaptar a la realidad. En esta línea se ha hablado mucho
de los minijobs,
generalmente mal. Sin embargo creo que esta va a ser la realidad laboral de los
nuevos tiempos. Aquello de un trabajo, ya no para toda la vida sino de jornada
completa, se ha acabado.
Hay que abandonar las connotaciones
negativas que los pequeños trabajos tienen, para empezar a entenderlos como un
medio de vida. Vamos a un mercado laboral en el que habrá que asumirse como multijob. Hay que adaptarse a la
realidad y esta exige de un personal cualificado para realizar diversos
trabajos y que además
pueda pasar de uno a otro reduciendo al mínimo
el coste, tanto temporal como económico,
de adaptación.
Pero la normativa actual
dificulta tanto a empleador como a trabajador, impidiendo hacer realidad este
nuevo modelo sin quedar condenado al inframundo de la economía sumergida. A los
contratos por horas se les exigen formalidades contractuales so pena de
considerarlos indefinidos, se penalizan subiendo las cotizaciones sociales, se
priva a estos trabajadores de las prestaciones por desempleo para las que
tienen que cotizares aparte.
Se ha realizado una reforma laboral
donde el centro de atención era facilitar el despido, pero no la contratación.
Y esta debe ser el centro de atención de los poderes públicos pues sólo con la
reducción de la lacra del paro, la salida de la crisis será una salida más allá
de los números de la macroeconomía.
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