lunes, 10 de noviembre de 2008

Crisis y Capacidad de Reaccion

Uno de los más graves efectos de la crisis para las empresas esta siendo el aumento de los impagados. La morosidad en las entidades financieras esta, por lo general, mejor prevista que en el resto de empresas, otro cantar es que en los últimos años se relajaran y las garantías exigidas ahora se evidencien insuficientes.
No es que desprecie los problemas que están atravesando los bancos y cajas pues, como un conocido que trabaja en una de ellas me decía, “si la banca lo pasa mal todos lo pasaremos mal”. Lo cual, nos guste o no, se esta evidenciando que así es.
Sin embargo las empresas que podríamos llamar no financieras habitualmente no han venido estableciendo garantías de pago que permitieran un recobro ágil, ya fuera porque la economía iba bien y nadie pensaba que el cliente que toda la vida había cumplido dejara de hacerlo, ya por la creencia que la exigencia de estas restaría agilidad a la acción comercial haciendo peligrar operaciones en beneficio de la competencia menos exigente en este sentido, bien porque los seguros frente a impagados se consideraban unos gastos innecesarios.
Así la gran cantidad de impagos que se están produciendo se ha convertido en un problema especialmente acuciante para las empresas afectadas, pudiendo en algún caso llegar a comprometer su viabilidad si no se adoptan medidas adecuadas. El colapso de la Administración de Justicia, las dilaciones que en ocasiones se pueden producir en las notificaciones a los demandados y las actuaciones dilatorias de estos, pueden dar lugar a que cuando se haya encontrado algún bien que garantice el cobro de la deuda alguien se nos haya adelantado o el deudor haya entrado en concurso de acreedores, paralizando todos los procedimientos de ejecución que contra él se hayan formulado. Por ello en el contexto de la coyuntura económica que vivimos en este momento el tiempo de reacción se ha convertido en un factor vital, que puede marcar la importante diferencia entre la recuperación del crédito, o bien que este pase inexorablemente a engrosar las perdidas.
(Articulo publicado en la sección Tribuna Jurídica del suplemento de empresa del Periódico Mediterráneo del 9 de noviembre de 2008)

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